La diabetes mellitus tipo 2 o del adulto representa el 90 % de los casos de diabetes. El número de afectados por esta patología está aumentando en todo el mundo de forma exponencial debido al incremento de las cifras de sobrepeso/obesidad y envejecimiento de la población.
En muchas ocasiones, la diabetes se encuentra dentro del llamado síndrome metabólico, trastorno endocrino-metabólico que asocia otras enfermedades silentes como hipertensión arterial, dislipemia o hígado graso, lo que confiere un elevado riesgo cardiovascular para las personas que lo padecen.
¿Cuáles son las causas?
La aparición de diabetes aumenta significativamente a mayor grado de obesidad. Se origina por la presencia de un estado de resistencia a la insulina (el cuerpo no responde de manera adecuada a los efectos de la insulina, hormona que regula el metabolismo de la glucosa) y/o por una producción insuficiente de insulina como para mantener niveles normales de glucosa.
Suele aparecer generalmente en la edad adulta aunque cada vez más se detectan casos en personas más jóvenes. Se recomienda buscar de forma activa en personas menores de 45 años que presenten:
- Sobrepeso u obesidad.
- Antecedentes familiares de diabetes.
- Antecedente personal de diabetes en el embarazo.
- Presencia de trastornos metabólicos como hipertensión, dislipemia o resistencia a la insulina.
Diagnóstico
El diagnóstico de diabetes tipo 2 se realiza generalmente de forma causal mediante un análisis de sangre, ya que la enfermedad no produce síntomas en las fases iniciales. Sin embargo, en los casos de diabetes evolucionada sin diagnosticar, sí es frecuente desarrollar los síntomas propios de hiperglucemia como aumento de la micción y de la sed, pérdida involuntaria de peso o decaimiento. El curso de la enfermedad es progresivo y debemos instaurar medidas terapéuticas para combatirla.
¿Cómo se trata?
El tratamiento de la diabetes tipo 2 se basa en tres pilares fundamentales:
- Plan de alimentación saludable.
- Actividad física regular.
- Tratamiento farmacológico personalizado.
Uno de los aspectos fundamentales en el tratamiento nutricional es tratar el sobrepeso-obesidad. La pérdida de grasa ayuda a reducir de forma significativa los niveles de glucosa, retrasar su evolución e incluso curar la diabetes, especialmente en fases iniciales. En este sentido, la cirugía metabólica de la obesidad consigue curar en un altísimo porcentaje la diabetes gracias a la importante pérdida de peso que facilita. Por otro lado, también es importante evitar un aporte excesivo de hidratos de carbono, ya que además de favorecer el incremento de peso suben los niveles de glucosa en sangre, especialmente los azúcares simples.
La recomendación de realizar ejercicio físico en personas con diabetes no se limita a mejorar el control glucémico, sino que además produce importantes beneficios como reducción del riesgo cardiovascular y mortalidad; optimización del control de peso, tensión arterial y dislipemia; beneficios psicológicos, etc.
En cuanto al tratamiento médico, existen varios grupos de fármacos en el mercado: sensibilizadores de la insulina, inhibidores de la DPP4, análogos de GLP-1 (con buenos resultados además en pérdida de peso), inhibidores de SGLT2, insulina, etc. Algunos de estos nuevos fármacos han demostrado no solo ser eficaces reduciendo los niveles de glucosa, sino que también ayudan a bajar de peso y disminuyen la incidencia de infartos, accidente cerebrovascular y mortalidad de origen cardiovascular.
Debido al curso progresivo de la enfermedad, es frecuente que con el paso de los años decaiga la fabricación de insulina por el cuerpo, requiriendo en muchas ocasiones añadir insulina al tratamiento. En base al perfil de diabetes y a los factores individuales de cada persona, se debe consensuar el tratamiento más adecuado para cada caso.
La ciencia ha demostrado que tratar de forma intensiva y multifactorial la diabetes desde los primeros años de debut ha demostrado disminuir el riesgo de complicaciones, mejorar la calidad de vida y prolongar la supervivencia de forma significativa.