La mayoría de nódulos tiroideos se detectan ante la presencia de una masa en la base del cuello o de forma incidental mediante pruebas de imagen. Se desconocen las causas por las que se producen aunque sabemos que son más prevalentes en mujeres, aumentan con la edad y son más frecuentes en regiones con deficiencia de yodo.
¿Qué síntomas producen los nódulos tiroideos?
La mayoría cursan de forma asintomática, aunque en función de su tamaño y ubicación puede producir síntomas compresivos como disfagia (dificultad para tragar) o disfonía. También se puede encontrar nódulos hiperactivos que producen una secreción excesiva de hormona dando lugar a un hipertiroidismo.
¿Cómo se realiza el diagnóstico del nódulo tiroideo?
El diagnóstico de los nódulos de tiroides requiere la realización de un estudio analítico de hormonas para evaluar la función tiroidea y de una ecografía de tiroides como prueba de imagen de referencia. El objetivo prioritario es descartar un origen maligno.
La ecografía tiroidea permite evaluar el tamaño y las características ecográficas de los nódulos. En el caso de superar un determinado tamaño y/o que existan características de sospecha es recomendable completar el estudio con la realización de una biopsia de tiroides denominada PAAF (punción aspiración con aguja fina) para determinar la naturaleza benigna o maligna del nódulo. La punción no suelen estar indicada en nódulos menores de 1 cm o que sean completamente quísticos (líquido) en la ecografía.
La PAAF es una prueba poco invasiva que no requiere anestesia local, ya que se utiliza una aguja muy pequeña con el objetivo de obtener una muestra de células para proceder a su análisis.
Resultados de la citología según la clasificación de Bethesda:
- Categoría I: No diagnóstico o insatisfactoria. No se obtuvieron suficientes células para hacer un diagnóstico. Puede ser un resultado frecuente cuando se tratan de nódulos quísticos.
- Categoría II: Benigno.
- Categoría III: Lesión folicular indeterminada o atipia de significado incierto. Aunque se han obtenido células en la punción, el examen al microscopio no permite clasificar el resultado como benigno o maligno.
- Categoría IV: Proliferación folicular o neoplasia folicular. Es necesario extirpación para diferenciar entre adenoma folicular (benigno) y carcinoma folicular (maligno).
- Categoría V: Probablemente maligno.
- Categoría VI: Maligno.